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El amor en los tiempos de la bomba atómica (análisis de la serie Watchmen)

ATENCIÓN, ESTA ENTRADA CONTIENE SPOILERS IMPORTANTES DE LA SERIE WATCHMEN Y DEL CÓMIC Y PELÍCULA HOMÓNIMOS. 

El domingo acabó la serie de Watchmen, que al contrario que su predecesor, es capaz de mantener la calidad del original (el cómic) y llevarlo a otro medio (la serie, en este caso). Para futuras referencias, en esta entrada se tratará exclusivamente el cómic y la serie, aunque por alusiones pueda haber spoilers de la película también. 

Uno de mis guiños favoritos de la serie al material original

Y en este mundo de enmascarados, de vigilantes, justicieros, racistas, psicópatas, asesinos, comediantes, bombas atómicas, seres omnipotentes y planes descabellados para salvar a la humanidad de sí misma, ¿de qué hablar? Pues como deja claro el título, del amor. Y no de un amor cualquiera, del amor que es capaz de sentir el ser más poderoso del universo, capaz de crear y destruir vida sólo con pensarlo: el Dr. Manhattan. 

No es ningún secreto que el Dr. Manhattan es mi personaje favorito de este universo y por bastante, me parece un concepto brillante y muy bien llevado en el cómic y en la serie, aunque sigue sin convencerme la excusa de los taquiones (básicamente es como la kriptonita, algo que existe para que los mortales puedan interactuar con un personaje divino de una forma algo más equilibrada). Me parece que la elección de los motivos en la serie está muy bien cogida, pues en el material original no hace más que pasear su enorme polla azul por todas partes y saltar de una relación amorosa a otra. Es posible que esto tenga su causa en la forma en la que este personaje experimenta el tiempo, decentemente explicada en la serie: no lo ve como algo lineal, sino que experimenta sus infinitos momentos simultáneamente, no como recuerdos sino como realidad. Pese a esto, parece saber siempre en qué momento físico se encuentra en relación al resto del universo y es capaz de ver el futuro, aunque sólo el que verá físicamente cuando ocurra. En mi opinión, esto le lleva a un estado de soledad profunda, como ya traté de pasada en este otro artículo y es el motivo por el que busca incansablemente tener una nueva relación amorosa cada poco tiempo. 

La serie explora esa necesidad de amor que está inevitablemente ligada a su percepción del tiempo, claro ejemplo es cuando en los últimos momentos de una relación de más de 10 años le dice a su compañera, Ángela, que ese es el momento en el que se enamora de ella, cuando intenta defenderlo pese a saber que no existe posibilidad alguna de triunfar. Pero, ¿qué espera conseguir el Dr. Manhattan de esas relaciones sentimentales que busca tan desesperadamente? Con palabras bonitas, conservar su humanidad. El Dr. No es sólo capaz de apreciar el tiempo de forma mucho más profunda que cualquier humano, sino que también ve el espacio de una forma que el resto somos incapaces de comprender, a nivel molecular e incluso subatómico. Todo aquello en lo que se pose sus ojos se descompone para él en sus materiales básicos, por lo que todo es similar. No es capaz de encontrar la diferencia entre la vida y la muerte. Queda claro en una de sus citas más famosas en la que asegura que un cuerpo muerto y uno vivo tienen el mismo número de partículas. El Dr. Busca el amor con otra persona por lo extremadamente impredecible que este resulta, tema claramente explorado en el cómic en la conversación entre él y Laurie mientras están en Marte. Busca desesperadamente algo que no sea capaz de controlar, porque es capaz de controlarlo todo. Y el Dr. aprende. 

La mencionada cita en la viñeta original del cómic

En la serie pasamos la mayor parte de capítulos con el Dr. en la pantalla pero sin saberlo, hasta que nos revelan que ha abandonado la omnipotencia para vivir una vida sencilla con la mujer que ama. Pero para él el amor no es nada, porque lo vive continuamente. Ocurre lo mismo con el miedo, por ejemplo, cosa que hablan bastante en el capítulo 8 de la serie. Vivirlo continuamente le hace perder su valor, al miedo, al amor y a cualquier otra emoción. El Dr. sabe que mientras siga siendo un dios omnipotente jamás conseguirá sentir el amor de verdad, jamás conseguirá vivir de verdad. Sus experimentos creando una vida que le amase se lo han demostrado. El amor sólo es amor si se vive al instante, por lo que decide ceder su omnipotencia para poder vivir el amor de verdad junto a la mujer que ama (la última de la lista). Con la ayuda de Adrian Veidt es capaz de anular su yo divino para volverse completamente humano y apreciar el amor como humano. Y es sólo tras recordar cómo es que un humano siente el amor que se da cuenta de que jamás podrá sentirlo completamente: su propia condición de dios se lo impide, bien por su propia culpa, bien por su inmortalidad, bien porque muchos otros mataría por el don que él siente como una maldición y jamás lo dejarán en paz. 

La página en la que termina la conversación en Marte sobre la improbabilidad del ser humano

Su sacrificio, el sacrificio final que hace en el último capítulo de la serie en el que da su propia invencibilidad se convierte así en el mayor acto de amor que es capaz de lograr ese ser omnipotente. El decide morir, decide no hacer nada para salvar su vida pese a que claramente ha tenido la oportunidad (antes de que le capturaran, por ejemplo), porque sabe que es su propia condición la que hace imposible que exista el amor a su alrededor. Se sacrifica como un acto de amor infinito para con Ángela (y sus hijos), porque sabe, que mientras él sea el Dr. Manhattan no podrá experimentar el amor, porque el mundo no le dejará ser lo que él quiere ser. Su muerte es la consecuencia lógica de este razonamiento. Sin el Dr. Manhattan en el plano, Ángela puede llevar una buena vida, puede dejar de ser perseguida (aunque ella misma no quiera) y puede sentir el amor del último acto de su marido. 

En mi opinión la escena final de la serie, con el huevo y el caminar sobre el agua, extiende demasiado este concepto y busca un cliffhanger para una posible segunda temporada, aunque ambas opciones son lógicas siguiendo el razonamiento que el Dr. Manhattan hace para quitarse de en medio: si el huevo es sólo una casualidad que ha quedado dentro de la huevera, el acto sigue teniendo todo su valor, el huevo en sí es irrelevante. Si ha transmitido sus poderes a Ángela puede que se haya dado cuenta de que un Dr. Manhattan es útil para arreglar el mundo (como dice Will justo antes de esta escena) y sabe que lo que importa es que el mundo crea que el Dr. Manhattan y sus poderes han muerto, no que estos hayan muerto de verdad. Personalmente me gusta más la primera opción, pero la segunda no me disgusta. No sé si harán otra temporada de esta serie y si serán capaces de mantener la calidad de esta, pero espero por el bien del mundo del entretenimiento que así sea. Una serie muy recomendable que en mi opinión consigue seguir con la tónica original del cómic y avanzarla.

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