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Mostrando entradas de 2021

Podemos y Eichmann: la banalidad de la política

Para volver a hacer una entrada como las de antes no hay nada mejor que meterse en un fregado en el que no se me ha invitado, y para eso no hay nada mejor que hablar de política. Y como parece que está de moda el intelectualismo en el análisis político, pues queda muy bien hablar de política desde la óptica de alguna filosofía en particular, aunque solo sea para demostrar lo mucho (o poco) que la conoces. Así que hablemos de Podemos (y por podemos me refiero a Unidas Podemos o como quiera que se llame el partido a nivel nacional). Y como filosofía tengo que recurrir a la que más me llama cuando oigo lo que hacen, a Hannah Arendt y la banalidad del mal. Hannah Arendt Siendo una de las teorías filosóficas más conocidas de la segunda mitad del siglo veinte y una de las más capaces de explicar la barbarie de su primera mitad, Hannah Arendt desarrolló esta teoría tras atender al juicio de Adolf Eichmann en 1961. Eichmann fue un alto mando nazi que se fugó al final de la Segunda Guerra Mundi

Blogeando la depresión VIII: el yo depresivo

Esta será la última entrada que escriba sobre la depresión al menos durante un tiempo. Por un lado porque me da la sensación de que me estoy encasillando demasiado y esto ante todo es un blog de opinión. Por otro lado porque estas entradas sobre la depresión están funcionando mucho mejor que la media y me parece que se debe a un componente de lástima por mi persona que no me gusta un pelo. Y por el último lado, es que me viene muy bien para hablar de esto que quiero hablar, que es de cuando la depresión te absorbe totalmente. Lo primero de todo, explicarme. No quiero hablar de cuando los síntomas de la depresión te absorben y te pueden, de eso ya he hablado antes, de lo que quiero hablar es de cuando la misma idea de depresión te absorbe y te hace convertirte en una depresión andante a nivel social y personal. Y admito que esto es algo que a mí me afecta particularmente, de hecho es algo en lo que ya estaba trabajando antes de la depresión porque me ocurría también con la ansiedad. Y e

Blogeando la depresión VII: la hermandad de los condenados

Hay una especie de soledad que todos hemos sentido en algún momento y es la soledad de la incomprensión. En algún momento hemos sentido que los que nos rodean son incapaces de comprender lo que de verdad estamos sintiendo, o, en la mayoría de los casos, que somos incapaces de expresarlo de forma que lleguen a entenderlo. Es normal, no aprendemos apenas formas de expresión fuera de las puramente formales que no sirven de nada en estas circunstancias y es casi una suerte increíble si tú puedes hacerlo. En esas ocasiones la mayoría daríamos la voz por poder explicar aunque fuera una sola vez y ser entendidos. Es difícil salir de la trampa de tu propia cabeza estando solo y es muy difícil encontrar a alguien que te acompañe si no puedes explicar qué te pasa. Incluso en el caso de especialistas como psicólogos o psiquiatras te quedas con la sensación de que sólo te han entendido superficialmente, en un sentido puramente clínico, sin atender a las particularidades de tu caso. Por suerte hoy

Blogeando la depresión VI: la energía de ser normal

Una de las cosas que más me cuesta explicar y a las que menos caso hacía antes de todo esto es la increíble cantidad de energía que se necesita para comportarte como alguien normal cuando en realidad lo que quieres con todas tus fuerzas es irte de donde sea que estés a tu habitación para estar solo y poder ser miserable como a ti te apetezca. Es una de las cosas que más he tenido que repetir porque me da la sensación de que no se me entiende. Simplemente existir fuera de tu espacio seguro cuesta infinitamente más que a cualquier otra persona, en buena parte porque intentas maquillar lo mucho que te está costando estar ahí continuamente. Todos tenemos una serie (bastante amplia) de comportamientos tan interiorizados y mecanizados que los hacemos continuamente día a día sin pensar en ellos absolutamente nada. La forma en la que hablamos, la forma en la que nos movemos, los gestos que hacemos, cómo nos sentamos, cómo mantenemos conversaciones,… Todo eso es único en cada persona pero tan n

Blogeando la depresión V: la entrada sobre las estafas

Esta entrada va a ser un poco más rara que otras porque aunque toca el tema de la depresión en realidad no va sobre eso, sino sobre las consecuencias que puede tener estar en un estado depresivo para algunas cosas. Además es una especie de segunda parte que sigue a mi entrada sobre el despertar espiritual, ya que considero que ambos temas están muy relacionados. Hoy quiero hablar un poco de sectas, esquemas piramidales y demás engaños obvios en los que continuamente sigue cayendo la gente y por qué creo que una actitud depresiva ayuda mucho a quienes se dedican a montarlos. Antes de empezar quiero añadir que la idea de esta entrada viene de los muy magníficos vídeos que Tamayo hizo sobre las estafas piramidales de trading y está haciendo sobre teorías conspiratorias y sus consecuencias. Porque que hay mucha gente que entra en sectas, estafas piramidales y grupos de teorías de la conspiración que vistos desde fuera son obvios engaños está claro, pero yo dudo mucho que se deba a falta de

Blogeando la depresión IV: el renacer espiritual

Una de las consecuencias transversales de todo esto de la depresión que no me esperaba ni de lejos es que he sentido una especie de impulso o necesidad espiritual que llevaba apagada en mí durante años. Y como esto es muy personal y muy complicado de explicar, voy a tener que hacer un pequeño repaso a lo que ha sido mi vida espiritual hasta este momento para intentar explicar por qué es algo tan extraño. Empezando por el principio, yo nací en un contexto familiar en el que mis abuelos eran profundamente católicos, mi madre siguió siendo practicante y mi padre lo abandonó. De niño sentía un gran interés por los misterios de la religión (la resurrección, los milagros, las historias de ángeles luchando contra demonios,…) y odiaba profundamente la parte institucional porque, admitámoslo, es horrible ir a misa todas las semanas cuando eres un niño, tener que estar quieto y callado mientras te sueltan un tostón que no entiendes, tener que hacer catequesis durante dos años para poder hacer la

Blogeando la depresión III: la depresión en la gran pantalla

 Como soy incapaz de evitar tirarme al barro en cualquier circunstancia y uno de mis pasatiempos favoritos y uno de los motivos originales de abrirme este blog es quejarme de la gente que escribe libros, pues no podía dejar pasar la oportunidad de unir esta serie sobre la depresión que estoy escribiendo con meterme un poco con la gente porque sí. Aunque no todo va a ser tirar mierda, porque algunas cosas están bien hechas y habrá que decirlo. De hecho voy a empezar por una de esas cosas buenas. Y es que hay veces que hasta los proyectos guiados por ejecutivos cuyo único interés es la cantidad de beneficios que pueden exprimir a una idea aciertan con lo que hacen. Un caso que a mí me gusta bastante es Thor en el universo peliculero de Marvel. Y es que tras las catastróficas consecuencias que tiene su ego, este entra en una depresión y se retira del mundo, abandonándose y dedicándose a jugar al fortnite con sus amigos y beber cerveza. Durante cinco años se dedica a hacer eso, hasta que

Blogeando la depresión II: mirando desde mis ojos

Habiendo hablado ya un poco en general de las enfermedades mentales y cómo la sociedad se enfrenta a ella, quiero bajar un poco el debate hacia una perspectiva más individual, la mía, concretamente. Y es que hablar y teorizar a nivel social es una cosa, pero las experiencias que se viven desde dentro de la enfermedad mental son algo para lo que no existe explicación en ningún lenguaje. Con esto no quiero decir que no se puedan describir, sino que se quedan terriblemente cortas o en el mejor caso se central en algo que resulta ser completamente intranscendente. Existen descripciones detalladas de la anhedonia, del mutismo selectivo, de las oleadas de tristeza, de la desgana, de la desesperación y de todos los demás síntomas, pero vividos desde dentro parecen algo completamente ajeno a estas. Es algo que se tiene que vivir para poder entender con la suficiente profundidad, y para asegurar esto parto una vez más desde mi propia experiencia, ya que hace años tuve, como parte de un proceso

Blogeando la depresión I: la pandemia que decidimos ignorar

  Este artículo y los que le siguen me han sido muy difíciles de escribir, no por el tema que tratan en sí, a estas alturas ya lo tengo asumido, sino porque lo estoy escribiendo desde dentro. Antes de nada decir que nos soy médico ni tengo formación de ningún tipo en este aspecto, más bien al contrario, ya que escribir estos artículos es en parte una tarea cuyo objetivo es mantenerme levantado de la cama y empezar a luchar contra mi depresión para volver a ser medianamente funcional. Tengo unas cuantas ideas sobre qué escribir y pienso que tratarlo por separado es lo mejor, así que mi idea es publicar una serie de artículos ordenados. Si algo bueno tiene la depresión es que te da tiempo para pensar. Llevo “preparando” estos artículos ya varias semanas, pero todo el jaleo que se ha montado alrededor de Simone Biles (esta línea da una idea de cuánto he tardado en escribir y publicar esto al final) me ha ayudado a saber por dónde empezar y a organizarme las ideas. Empecemos por la salud m

La industrialización como salida a la pandemia

Una de las muchas consecuencias de esto del covid, al menos en España, ha sido la de destronar al turismo como base de una economía. Nos hemos dado cuenta de la peor manera posible que basar la propia supervivencia en las ganas de otros países de visitar el nuestro igual no es una idea tan brillante como parece a primera vista. Y como en esta vida todo el mundo tiene una opinión de todo, pues han salido muchas voces diciendo qué se debería hacer para solucionarlo. Una de ellas, probablemente la que más ruido hace, es la que dice que deberíamos volver a la industrialización como motor básico de la economía, cosa que, en España, ha ocurrido más bien poco a lo largo de la historia, por otra parte. Y es que parece ser el sueño húmedo de una parte de la población el recrear imágenes salidas o bien de una novela de Dickens o bien de la distopía actual que es gran parte de Asia y África gracias, precisamente, a que Europa ya no lo es tanto. Entiendo esa forma de pensar, uno mira a los países

Follar está sobrevalorado

Dicen que pocas cosas dan tanto gusto siendo tan baratas, pero lo cierto es que follar no es tan interesante como todo el mundo parece dispuesto a asegurar. Aunque como para todo, para follar también hay opiniones muy diversas, porque no creo que opine lo mismo sobre ello una monja que Amarna Miller o el Papa que Nacho Vidal. A unos les gusta mucho, una mayoría lo ve cada vez más como algo positivo, liberador y que debe dejarse de tabúes y a otros pocos no les gusta nada por diferentes motivos. Dentro de estos últimos están los que no les gusta por motivos religiosos, los que no les gusta porque físicamente es algo molesto, los que no les gusta porque simplemente están hechos así (la gente asexual existe) y a los que no disgustándonos especialmente, sentimos que no merece la pena. Y si hay una opinión controvertida que estoy dispuesto a defender hasta la tumba es esta, incluso por encima de la opinión de que Los Simpson no han variado tanto en calidad con los años. Y es que queramos o

Vender humo para comprar legitimidad

Ha llegado junio y como todos los junios desde hace unos años toca centrar el debate social sobre el Orgullo y la comunidad queer* en general. Durante los últimos diez años especialmente (así a ojo) parece ser que a todas las empresas de un tamaño suficiente como para invertir millones en publicidad se les ha aparecido la virgen con este tema. Los logos cambian a la bandera arcoíris, los post en redes sociales se vuelven casi monotemáticos durante un tiempo y en general se empiezan a ver banderas y apoyo en todas partes. También es la época del año en la que la gente a la que esto le molesta se dedica a buscar cuentas de esas mismas empresas dirigidas a zonas concretas del mundo donde lo de ser queer está muy mal visto o incluso sigue siendo delito y a comparar si en esas otras cuentas envían los mismo mensajes de apoyo. Es bastante evidente que no lo hacen. Y es que realmente, ¿por qué no iban a hacerlo? Con el ascenso en aceptación y la ganancia de derechos por parte de la comunidad

Realismo Capitalista vs Los Desposeídos: imaginar la alternativa

En su libro Realismo capitalista: ¿No hay alternativa? Mark Fisher (K-Punk) explica cómo el capitalismo se ha asentado tan profundamente en nuestro mundo globalizado que somos siquiera incapaces de ver una alternativa a las lógicas internas de este y como hasta las ideas más revolucionarias y anticapitalistas muchas veces pecan de no ser más que el capitalismo disfrazado de alguna otra cosa. Haciéndose eco de la sentencia de Zizek: “Es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo”. K-Punk también explica cómo el capitalismo es lo suficientemente eficiente como ideología para reproducirse sin necesidad de propaganda (explícita), y que, debido a eso, consigue entrar en todas partes y esparcir así su mensaje. Construir alternativas, aunque sea de forma puramente teórica se hace una tarea prácticamente imposible, porque no sólo tenemos una base capitalista de la que es muy complicado desprenderse, sino que el propio capitalismo es capaz de amoldarse y adaptarse a cualqu

Tiempo de fiestas

Estos días nos toca a todos estar muy indignados por las imágenes que vienen de toda España (pero principalmente de Madrid) en las que un grupo d gente sale a celebrar el estado de alarma básicamente montándose un botellón diez minutos después de que acaben las restricciones legales y el toque de queda. Las redes sociales están llenas de gente quejándose de esto y aunque no los he visto estoy seguro que los telediarios también. Y no es para menos, las imágenes dejan bastante claro que nadie hace ni caso a nada y sobre todo nos permiten denunciarlo en las redes y hacer crecer nuestro ego virtual de buenas personas y buenos ciudadanos. Porque uno puede quejarse suponiendo que ha tenido todo el cuidado que se supone que se debe tener, cualquier cosa que se aleje de eso es pura hipocresía, y me juego el pescuezo y no le pierdo a que la mayor parte de los que se quejan se han saltado, no ya las restricciones, sino las medidas básicas de seguridad contra el covid. Con estar un poco atento cu

Yo, Robot y el futuro presente

 Yo nunca he sido demasiado de ciencia ficción. Ni de fantasía, con la excepción de dos o tres casos muy concretos. Mi ambientación favorita siempre ha sido histórica o contemporánea, al menos en lo que a novelas se refiere. Y es que hasta que hace no demasiado descubrí a Úrsula K. Le Guin todo lo que había leído o intentado leer de ciencia ficción era Asimov o Sueñan los androides con ovejas eléctricas de Dick y unos por una cosa y otros por otra pues no acababan de convencerme. En el cine era otra cosa, eso sí. Star Wa rs me gusta, Blade Runne r también (aunque su secuela me parece mejor) y Yo, Robot es de mis películas favoritas de la adolescencia. Fotograma de Yo, Robot No voy a mentir, era una película que me gustaba mucho porque tenía a Will Smith y porque visualmente está bastante bien. Hacía mucho que no la veía y me he decidido a verla de nuevo hace poco y no me ha desagradado. La idea principal que trata la película es como la emoción es necesaria para interpretar el mundo