Este blog tenía originalmente una intención, que era hablar de libros y literatura así un poco a bulto, y con el tiempo se ha ido convirtiendo en algo que sirve para quejarse de cosas, principalmente del capitalismo. Y hoy voy a hacer las dos cosas a la vez, porque no está reñido ser un anticapitalista de salón y escribir de vez en cuando algo sobre lo que se supone que trata el blog.
¿Y qué es lo que traigo? Pues un poco de todo y casi todo relacionado con la saga de Canción de Hielo y Fuego, porque esta semana ha saltado una noticia bastante impactante: Gigamesh, la empresa que se dedicaba a la distribución y edición de las novelas en España ha anunciado que no va a poder seguir haciéndolo cuando se supone que está bastante cerca la sexta entrega (aunque lleva suponiéndose que está cerca literalmente cuatro años). Esta probablemente sorprendente noticia llega en un momento en que la emoción por la saga de novelas está en un nivel relativamente alto (menos que antes del final de la adaptación para televisión, eso también es cierto) y los posibles beneficios son considerables. ¿Y por qué? Pues por capitalismo, evidentemente. Aunque para que lo entienda alguien que no sabe demasiado bien de qué va esto habrá que contextualizar un poco.
La saga originalmente se publicó en 1996 y poco a poco fue ganando un lugar entre las obras de culto relativamente desconocidas. En el año 2002 Gigamesh compró los derechos de publicación en España de lo que aun por aquel entonces era una saga relativamente desconocida y comenzó a publicarla con un éxito moderado. Pegamos un salto de unos años y la HBO anuncia una adaptación televisiva de la saga (esto fue al comienzo del boom de las series y probablemente una de las maniobras que causó dicho boom). La serie es un éxito, adaptando considerablemente bien en las primeras temporadas un material original muy bueno y siguiendo después cada vez más apartada pero manteniendo en general la calidad. La serie se convierte en la serie más vista del mundo y genera decenas de miles de fanáticos por todo el globo, lo cual evidentemente repercute muy positivamente en las ventas de las novelas. Martin (el autor) es incapaz de seguir el ritmo de publicación para adaptarse al avance de la serie y esta sigue avanzando la historia sin apoyarse ya en nada. Esto, combinado con uno productores ya aburridos de hacer la misma serie durante diez años lleva a una última temporada nefasta, odiada por la mayoría de los espectadores, llegando al punto en el que incluso se ha pedido que se rehaga. Porque el final es malo, bastante malo (en general, tiene cosas que a mí por lo menos me gustaron), pero la saga ya es un fenómeno del ocio como no ha existido otro desde Harry Potter (por ejemplo).
Este gráfico de Xakata ilustra bastante bien lo que es la opinión general sobre la última temporada de la serie |
Los libros se venden y se venden mucho, e incluso el mal final de la serie ayuda a que las perspectivas de venta de los que faltan sean mejores porque los fans quieren leer un final distinto (probablemente mejor), escrito por la mente pensante original. Y aquí es donde entra de verdad el capitalismo a escena (pese a que realmente toda la historia desde el comienzo de la saga lo sea), porque el agente de George R.R. Martin empieza a pedir desorbitadas cantidades de dinero por los derechos de publicación de la sexta novela de la saga, cantidades de Gigamesh decide que no puede asumir, y por lo tanto pierde los derechos. Quien quiera que se encargue de vender los libros de Martin sabe perfectamente que con la fama que tienen los va a vender a patadas, sean como sean, vengan de donde vengan y los venda quien los venda, y decide exprimir un poco más a los distintos editores, porque quien quiere decenas de millones de dólares pudiendo tener centenares, ¿verdad? Sin importar nada ni nadie más que los beneficios, saben perfectamente que una de las grandes editoriales españolas cogerá con mucho gusto el relevo a Gigamesh, porque hay mucho dinero ahí dentro, sumando además que se pueden publicar todos los libros ya publicados en una edición nueva y un poco distinta y rascar algo más de dinero. Y así los consumidores estarán contentos y los que quieren forrarse con esto lo conseguirán.
¿Y sabéis qué es lo peor de todo? Que hay quien defiende a Gigamesh como si se lo merecieran. No hay más que entrar al tuit donde anuncian que ya no van a publicar la saga para verlo. ¿Qué Planeta o Penguin (mis dos apuestas como relevo a Gigamesh) son empresas de mierda cuyo único objetivo es el beneficio económico y desprecian cualquier aportación literaria que no dé dinero? Sí, sin ninguna duda. ¿Que Gigamesh es lo mismo pero más pequeño? También sin ninguna duda también. Llevo años oyendo pestes de Gigamesh porque sus libros son innecesariamente caros, pero oh no, van a perder un contrato que les iba a permitir vender cientos de libros. Que se vendan a sí mismos como una tienda pequeña no quita para el hecho de que han vendido libros por valor de más de un millón y medio de euros anualmente (según esta página), no quita que jueguen con la edición y la distribución de forma que consigan arañar unos pocos euros más y no quita para que escupiesen a Martin a la cara en el momento en que sospechasen que no iban a ganar más dinero con sus libros. No son amigos de los consumidores, son literalmente gente que vive de sacarles el dinero y si no tienes dinero suficiente te van a ignorar.
El local actual de Gigamesh tiene 500m2 y está stuado aquí. La típica empresa de barrio, vamos. |
Hay muchas industrias de mierda en este nuestro querido mundo, y la editorial es una de las peores de todas en lo que al tratamiento de su producto se refiere. A nadie le importa lo más mínimo la calidad, lo único que importa es el beneficio que se va a sacar de ello. Plantear a cualquier empresa como una amiga es un error, pero en el mundo editorial es directamente un disparo en el pie. En un mercado en el que sagas enteras se quedan a medio camino e imposibles de conseguir simplemente porque no dan los suficientes beneficios (aunque cubran costes) es demasiada ingenuidad suponer que las empresas que lo forman lo hacen por amor al medio. Que sí, las habrá, pero seguro que no son las que publican las grandes sagas ni a los autores importantes, porque para convertirte en una de esas tienes que dejar de lado el amor a los libros y abrazar el amor al dinero.
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