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Mostrando entradas de 2023

Romance del Raposo

Durante estas últimas semanas he estado leyendo poesía. Es decir, ya leía poesía de antes, pero estas últimas semanas me he puesto a hacerlo casi en exclusiva. Y me he puesto a hacerlo porque quería empezar a escribir poesía. Ya lo había intentado alguna vez, pero nunca me había gustado demasiado el resultado. Como suelo hacer, quise reinventar la rueda sin siquiera entender cómo funcionaba y me salió algo bastante lamentable. Ahora he decidido tomármelo con más calma, de una forma más metódica. Esto significa que quiero intentar aprender copiando a otros hasta encontrar el estilo con el que me siento cómodo. No hay demasiados poetas por los que podría haber empezado, primero porque aunque me gusta leer poesía me cuesta hacer que resuene en mí y segundo porque lo lógico es empezar por las formas más sencillas de poesía. Tengo todo lo que estudié en el instituto al respecto bastante oxidado y he tenido que reconstruirlo poco a poco, pero a base de prueba y error y de leer bastante, he l

El Estado e Israel

A la vista de los acontecimientos recientes se han acallado las bromas sobre la legitimidad de Israel o incluso sobre su existencia. Todos nos hemos dado cuenta de que más allá de nuestra opinión al respecto, Israel tiene la capacidad militar y logística para llevar a cabo un exterminio de la población Palestina. Y es que en la época globalizada que nos ha tocado vivir ya no hace falta únicamente el monopolio de la violencia para formar un estado, no, hace falta que la comunidad internacional lo reconozca como tal. E Israel, queramos o no y nos guste más o menos, está reconocido como tal por al menos la parte occidental de la comunidad internacional. Decir que es ilegítimo o que no existe únicamente nos sirve para alejarnos de la verdadera problemática. Fronteras de 1967 La base de un estado es la violencia, no únicamente en el monopolio de la misma dentro de su territorio, si no su fuerza fundacional. Todos los estados del mundo están fundados sobre la violencia de un grupo hacia otro

Entendiendo a Hamás

Hamás es un movimiento político, militar y religioso que aboga por una palestina árabe y lucha contra el estado de Israel. La parte del mundo que generalmente se conoce como “occidente” los considera una organización terrorista, mientras que la otra parte del mundo, generalmente, los considera un movimiento de liberación nacional. Como en la mayoría de los casos, considerarlos de los buenos o de los malos depende de las necesidades geopolíticas de cada país y no de lo que hagan o dejen de hacer. Hamás está muy lejos de ser el tipo de movimiento que yo apoyo. De hecho, dos de sus bases son ideas que para mí no sólo son completamente ajenas, si no que son activamente repelentes: el nacionalismo y el islamismo. Sin embargo, ambas cosas son, puestas en su contexto, algo que puedo entender. La esperanza de cualquier pueblo del mundo es gobernarse a sí mismo, erigirse en nación propia y elevar sus costumbres al rango de ley. No lo comparto, pero lo entiendo como objetivo político. El islamis

Cansancio y pesisimismo

Me gustaría escribir sobre lo que está pasando, pero estoy demasiado cansado. No tengo la fuerza emocional suficiente como para preocuparme de esto de la forma que me gustaría. Simplemente llevamos demasiados muertos seguidos a nuestras espaldas. Demasiadas masacres. Estoy cansando, muy cansando, de levantarme cada día y encontrar una terrible noticia tras otra, una muestra de brutalidad tras otra, una razón más para la misantropía tras otra. Siento, y puede que no sea el único, una sensación de alienación respecto a la especie humana. No consigo identificarme con esos seres que perpetran barbaridades sin que les quite el sueño. Algo no cuadra. No podemos ser iguales. O ellos o yo no somos humanos. Los que vienen van a ser días, semanas, meses y años oscuros. Es probable que todas las barbaridades que estamos viendo solo vayan a más conforme la década avance. El sistema político internacional se sostiene por unas cuerdas que con el tiempo se han podrido y empiezan a deshilacharse. Cada

Misantropía y trabajo de cara al público

En esta vida hay algunas contradicciones que te vienen impuestas por circunstancias fuera de tu control. Ser comunista y vivir en el capitalismo es un ejemplo flagrante, pero hoy vengo a hablar de otro, uno que me toca de cerca incluso más: ser un misántropo y trabajar de cara al público. Porque sí, yo me considero a mí mismo un misántropo. Quizá uno suave, pero misántropo al fin y al cabo. No me gustan nada las personas, así como concepto. No sé si se puede decir que las odio, pero desde luego no las tengo aprecio. Y por cosas de la vida, me encuentro trabajando de cara al público, teniendo que relacionarme con al menos una decena de personas nueva cada día. Y es verdad que como en todas partes, hay de todo. Hay gente a la que puedes soportar sin problema porque son muy majos, gente absolutamente repelente y todo lo que queda en medio. Sin embargo, ocurre algo curioso. Y es que mi relación con estas personas podría considerarse algo institucional, con mediación de una situación social

La derecha y la hegemonía cultural

Bueno, ya hemos parado al fascismo. Y ahora, ¿qué? Es indudable que VOX se ha llevado una tremenda hostia electoral, pero, ¿es eso suficiente? Electoralmente han perdido fuelle, pero, ¿lo han perdido en la calle? En lo que es la batalla cultural, van ganando. Quizá no de goleada, porque se ha conseguido que haya una asociación general de la extrema derecha con algo negativo, al igual que ellos hicieron con la extrema izquierda, pero aun así tienen fuerza. Entre las generaciones más jóvenes, la rebeldía (que es en buena medida lo que las define, que para eso son jóvenes), se asocia a la extrema derecha y sus comportamientos, especialmente entre los hombres cisheteros (que son los más beneficiados). Gramsci, el filósofo de cabecera de cualquier analista político que quiera creerse más listo de lo que es, definió el concepto de “hegemonía cultural”, es decir, una dominación cultural de una ideología concreta. Y, para muchos, esta hegemonía cultural la tiene ahora mismo la derecha o la ext

Normalicemos la barbarie

Estos últimos días las redes han estado a tope con la noticia de que el submarino en el que cinco ricos iban a ver el pecio del Titanic se ha hundido. Ha habido muchos chistes al respecto, porque con estas cosas siempre hay chistes, lo que ha creado a su vez dos debates paralelos: uno sobre los límites del humor (este es cíclico, sobre todo en twitter) y otro sobre la importancia que se le da a esta tragedia. El primero de los debates es uno de esos que son interminables porque todas las partes enfrentadas tienen la sensación de estar en el lado correcto de la historia y realmente nadie quiere cambiar de opinión, y al segundo le pasa tres cuartas partes de lo mismo (porque al fin y al cabo es un debate en redes) pero con la superioridad moral multiplicada a la enésima, porque en él se habla de vidas humanas.   El submarino irónicamente llamado Titan Por un lado tenemos a los defensores del humor negro haciendo chistes sobre la horrible muerte (que luego no parece haber sido tan horribl

La llamada de lo salvaje y la esencia salvaje

Uno de los libros que siempre he querido leer pero que hasta ahora no me había puesto es “La llamada de lo salvaje”, de Jack London. El título era sugerente para mí, pero siempre lo había dejado de lado por otras lecturas. Por fin me he puesto y, como me suele ocurrir con estas cosas, me arrepiento un poco de no haberlo hecho antes. Me ha gustado. Y mucho. La edición que he leído Para quien no lo sepa, la novela trata el viaje de Buck, un perro mestizo que vive en una plantación cálida y tranquila en el sur de EEUU y al que secuestran y venden como perro de trabajo en Canadá. Tras pasar por varias manos, acaba conviviendo con un hombre al que consigue apreciar de verdad y, tras su muerte, rompe definitivamente todos los lazos que le unían a la civilización y vive una vida de salvaje libertad en compañía de una manda de lobos. Este libro, ya de base, tiene de todo para gustarme: un perro, terreno agreste sin ley y la promesa de libertad. Y es que, durante mucho tiempo, escapar a la natu

Alan Moore, ocultismo y magia

Alan Moore es una persona pública complicada. Un hombre que ha revolucionado el medio del cómic y al que se le considera uno de los mejores guionistas de cómic de la historia, si no el mejor y que odia profundamente la industria del cómic. Es también un excéntrico, aunque él lo llamaría mago, ya que el ocultismo, además de una de sus más evidentes influencias, es un interés particular que lleva teniendo desde hace décadas. Su magia es, sin embargo, particular. Y es que leer a Alan Moore es ser víctima de sus hechizos. Y esto no lo digo como una metáfora, si no como algo en lo que él cree a pies juntillas. Así que hoy voy a hablar de Ángeles Fósiles, quizá el ensayo sobre ocultismo más completo que tiene el autor.   Ángeles Fósiles, publicado en España por La Felguera   Y es que Alan Moore es muchas cosas, entre ellas un reformador de la magia que busca en lo oculto una forma de arreglar el mundo y que desprecia el ocultismo tradicional (el lo llama victoriano) que consiste en rituales

Left can't meme

Hay una frase que se repite mucho en internet, sobre todo las cuentas más relacionadas con la extrema derecha que dice “left can’t meme” o, traducido en una traducción libre al cristiano, “la izquierda no sabe hacer memes”. Pues hoy, sin ser yo de extrema derecha, vengo a reivindicar esta frase. Porque desde la izquierda y los memes viene bien hacer autocrítica. A estas alturas, supongo que quien más quien menos, sabe lo que es un meme. En su uso cotidiano y que yo utilizo aquí, es esa imagen o vídeo corto con un chascarrillo tirando a estúpido que lo mismo te comparte tu tío abuelo por el grupo de whatsapp de la familia que tu amigo en twitter. Están muy extendidos y tanto crearlos como compartirlos lleva muy poco tiempo (dependiendo de la calidad que les quieras dar, por supuesto), lo cual los ha convertido en los reyes de internet junto a los vídeos graciosos de animales.   Memes de minions, los reyes del WhatsApp Y es precisamente por esta ubicuidad y sencillez de creación que div