It (Eso) es una novela magnífica y Stephen King un escritor muy bueno, no creo que haya dudas sobre eso, pero aun así hay una mancha oscura en esos dos nombres, especialmente cuando están uno al lado del otro: la infame escena de la orgía de pre-adolescentes (que yo no llamaría orgía, pero bueno). Es una escena con una cantidad de morbo abrumadora y que sin embargo logra encauzarlo de forma que no lo aparenta. Es el ejemplo perfecto de cómo Stephen King trata el morbo en It (Eso): contextualizado, con sentido en la trama y sin regodeo de ningún tipo. Pero, lo primero de todo, para entender la escena hay que entender la estructura del libro. It (Eso) está escrito en dos líneas temporales distintas, una primera en la que los protagonistas son preadolescentes de 11-12 años y otra que ocurre 27 años después con los mismos protagonistas. Ambas tramas se entremezclan a lo largo de la novela y se desarrollan simultáneamente, haciendo referencia la trama de adultos a cosas que ocurren en la trama de niños conforme avanzan las páginas. La escena de la orgía en cuestión, que ocupa media docena de páginas (de ebook) aproximadamente, ocurre hacia el final del libro, a partir del 94% según el contador de páginas de mi ebook. La primera mención que se hace de ella ocurre hacia el 90% del libro. Es el culmen de la historia original y conforme esta se desarrolla y la segunda historia avanza, llega un momento en el que se hace necesario mencionarla para que todo tenga sentido. No se hace ninguna alusión antes, no se dirige la historia hacia ella, es simplemente algo que ocurre de una forma relativamente natural y orgánica.
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El payaso It (Eso) en la última adaptación cinematográfica
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No voy a pormenorizar la escena porque no lo veo necesario y creo que le quita una parte importante a su peso argumental, pero sí quiero contextualizarla un poco. Los protagonistas, seis chicos y una chica, acaban de enfrentarse a Eso, una entidad que transciende el tiempo y el espacio cuyo único sentido de existir es alimentarse y que se ha dedicado a matar niños para comérselos, incluido al hermano del líder de la banda. Perseguir a Eso es a lo que han dedicado el verano estos niños y gracias a lo cual han formado un vínculo emocional y de amistad fortísimo. Además hay que tener en cuenta que las hormonas en esas edades empiezan a revolucionarse. Tras enfrentarse a Eso en un plano metafísico están huyendo de un sistema de cavernas que es su guarida y que se desmorona por momentos. Para llegar allí han tenido que bajar varios niveles de alcantarillas y galerías de mina. Están asustados, agotados y sienten colectivamente que ese vínculo que tenían se está deshaciendo: ya han hecho lo que habían bajado a hacer y su increíblemente reciente amistad (apenas pasan dos meses) se está desvaneciendo. No está explícito, pero se entiende que la fuerza del bien que les había ayudado hasta entonces les está abandonado porque Eso ha sido derrotado. En esas circunstancias Beverly, la única chica del grupo, que tiene un historial de familia abusiva y un padre que (debido a la influencia de Eso) ha estado bastante cerca de violarla, entiende que el sexo es lo único capaz de mantener ese vínculo forjado. Ese temor es completamente legítimo, ya que todos se olvidan unos de otros en a los pocos años y tras reunirse de nuevo de adultos y recordarse mutuamente, vuelven a olvidarse al derrotar a Eso una vez más. Además no es algo que se presente como una idea peregrina, sino que se construye a lo largo de la historia del personaje y su relación familiar con el sexo. La idea que tiene la chica se acerca más a una unión de espíritus a través del vínculo corporal que a algo físico. La descripción que se hace de cada una de las relaciones se acerca más a un estudio de personaje que a una escena erótica. La palabra pene se menciona apenas media docena de veces, sexo otras tantas y ya está. No hay recreación, apenas hay descripción. Es una escena que no tiene carga erótica ninguna y por eso es tan buena.
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El sorprendentemente poco morboso viejo verde
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Y es que no hace falta haber leído a King para saber que sus libros generalmente tratan temas muy morbosos, su impacto en la cultura popular es tal que todo el mundo puede citar alguno de los títulos de sus novelas sin esfuerzo. La muerte, la sangre, el terror corporal y ese tipo de cosas son una constante en su trabajo y creo que es la forma en la que lo trata la que le da ese encanto que solo King sabe conseguir. Porque a Stephen King lo lee todo hijo de vecino y es el autor favorito de personas de todo sexo y condición, eso es un hecho. Porque Stephen King, aun escribiendo biblias y relatos confusos y que tratan temas muy complejos, es accesible. Sabe ser accesible. Su enfoque no se basa en la descripción pormenorizada de los momentos terribles sobre los que escribe, se basa en una atmósfera muy bien lograda en la que sus personajes son solo una parte más de todo el asunto y merecen la misma importancia que cualquier otra parte. En lugar de pararse en cada pequeño detalle morboso para poner al lector en un estado alterado, como hacen otros autores como puede ser Thomas Harris (la saga de Hannibal Lecter), King solo se para lo suficiente para mantener esa atmósfera opresiva que busca y pasa a lo siguiente.
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