Ir al contenido principal

Un ángel frente al fin del mundo

Parece ser que vamos hacia un abismo. El mundo se acaba, nosotros hemos acabado el mundo. Es un logro. Ninguna otra generación ha conseguido si quiera acercarse a joderla tanto como la hemos jodido nosotros. Es literalmente, una cagada de proporciones apocalípticas. Por nosotros me refiero principalmente a las dos o tres últimas generaciones que agarramos el capitalismo y el consumismo como bandera hemos expoliado el planeta. Y la verdad, no tiene pinta de que vayamos a parar ahora. Y en esto aparece, cual ángel investido con los ropajes de la salvación una adolescente. Una adolescente que un poco a lo bobo y un mucho a lo interesado ha conseguido montar un movimiento global de protesta por el clima. ¿No es increíble? 
Resultado de imagen de greta thunberg
Greta Thunberg haciendo huelga por el clima
Bueno, comencemos un poco desde el principio. Greta Thunberg es una adolescente sueca que un día, un poco hasta las narices de todo decidió comenzar a hacer huelga los viernes en su instituto para protestar por el clima. Tuvo suerte de nacer en Noruega, porque allí tardaron poco en unírsele compañeros, docentes y otra gente. En España la historia hubiera acabado con una expulsión del centro, probablemente. Poco a poco el asunto fue escalando y ha desembocado en una huelga global por el clima este pasado 27 de Septiembre. Increíble lo que puede conseguir alguien cuando se lo propone. Y bueno, cuando tiene un poco de ayuda. 
Resultado de imagen de grafica emisiones co2
El fin del mundo en datos
Vamos a dejarlo en claro aquí y ahora: no tengo nada contra Greta ni contra lo que está intentando crear, pero o bien se equivoca o bien su intención no es la que dice que es. Greta se propone luchar por el clima. Bien, hasta ahí todo perfecto. Se propone reducir las emisiones y la contaminación en cada casa. Sigue pareciéndome bien. Se propone que las empresas reduzcan sus emisiones. Buena medida, dudosa, pero razonable. ¿Y ya? ¿Ahí es cuando decide parar? Justo cuando se iba a acercar a la palabra mágica. Justo cuando rozaba con la punta de los dedos ese ansiado mensaje que llevamos tiempo queriendo oír desde un altavoz de ese calibre. Capitalismo. Ahí es donde decide trazar la línea. Y ahí es donde empieza a oler todo un poco a chamusquina. Cualquier solución climática efectiva tiene que pasar por acabar con el capitalismo, porque este en inherentemente contaminante y destructor de climas. Para que la rueda del capitalismo siga girando hace falta cada vez más: más consumo, más producción, más recursos… Así no se ataja una crisis climática como esta. En palabras de Marx: “El capitalismo tiende a destruir sus dos fuentes de riqueza: la naturaleza y el ser humano”. Y si sigues ese humillo de olor a chamusquina, al final encuentras qué es lo que está ardiendo. El planeta, concretamente. 

Resultado de imagen de incendios amazonas
El Amazonas ardiendo
El planeta está ardiendo por la avaricia de unas cuantas corporaciones que se han dado cuenta de la mala prensa que da eso de llevarnos a todos hasta el desastre climático, y han encontrado una estrategia: hacer lo mismo, pero pintados de verde (que irónicamente es el pigmento más contaminante de conseguir industrialmente). No es una casualidad que Greta se haya hecho mundialmente famosa y mundialmente conocida e invitada a eventos en menos de medio año. Tiene mucho que ver con los intereses tras ella y su (probablemente justa en un principio) causa. Se ha convertido básicamente en una campaña publicitaria a escala nunca antes vista. Es lavado de cara al capitalismo y a las empresas. En este mundo mercantilizado no es complicado mercantilizar el activismo, y desde luego la visibilidad en medios lleva mercantilizada mucho tiempo. Ahora todo es Greta. Periódicos, televisiones, redes sociales. Todo. ¿Has encontrado alguna vez alguna noticia sobre los activistas por el clima y la naturaleza latinoamericanos asesinados? ¿Has oído algo de todo eso? El Amazonas se quemaba, pero solo durante un par de semanas. Greta sigue, y sigue porque quieren que siga. A los que no quieren que sigan los meten en una tumba, preguntado si no en México, Brasil, Perú y el resto de Latinoamérica. Preguntad a los activistas indígenas cuánto caso les hacen a ello, que dan el mismo mensaje que Greta. Nada. Nadie les quiere oír ni que se les oiga, porque el mensaje tiene una pequeña diferencia: ellos si luchan contra las empresas y contra el capitalismo. 

Puedes llamarlo circo, puede llamarlo publicidad, puedes decir que estoy loco, puedes decir que es todo otro de los intentos del capitalismo por sostenerse a sí mismo. Puedes estar de acuerdo con Greta del todo, parcialmente o incluso añadir a su mensaje algo que le falta (como estoy intentando hacer yo). Puedes hacer lo que quieras y posturas sobre este tema habrá las mismas que personas en este mundo, pero al menos pregúntate. Pregúntate por qué Greta Thunberg y no Diana Hernández (asesinada a tiros en Guatemala por hacer activismo). Pregúntate por qué una adolescente sueca y no una adolescente mapuche. Pregúntate qué de todo esto huele a chamusquina y cuando consigas olvidar el olor a chamusquina del Amazonas, quizá encuentres otro.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Delibes y reirse de la muerte

Ayer fui al teatro a ver Señora de rojo sobre fondo gris . Puede sonar como una obra indie o alternativa, pero es una adaptación de la novela de Miguel Delibes del mismo nombre. Y aunque las comparaciones sean odiosas, creo que en este caso compararla con Cinco horas con Mario , que casualmente es la última obra que he visto antes que esta es ser bastante justos. Comencemos por el principio. Tanto Señora de rojo sobre fondo gris como Cinco horas con Mario están producidas por la misma compañía, Sabre Producciones y en la adaptación de su guión ha participado José Sámano, siendo también director de la primera. Además, las dos obras tienen un perfil muy similar, ya que ambas son monólogos de personajes que han perdido a su cónyuge recientemente, interpretado el protagonista y único personaje en el caso de Señora de rojo por José Sacristán y por Lola Herrera en el caso de Cinco horas . Ambos, actriz y actor, hacen un papel magnífico, siendo además los personajes del mismo escritor

Votar o no votar: ¿A quién debemos regalar nuestro voto?

¡Elecciones, elecciones! Estamos a menos de un mes de las primeras y por si eso no resultase suficientemente saturador con la precampaña, la campaña, los medios de comunicación con ello todo el día, Cataluña, Venezuela, ignorar lo que hace falta ignorar y todo eso, en Mayo tenemos una triple ración de elecciones (autonómicas, municipales y europeas). Nos esperan dos meses como para irse a vivir a una isla desierta para no votar a nadie.  Imagen sacada de El Sol Ácrata Pero vamos a lo que nos ocupa: la abstención, o mejor dicho, la abstención voluntaria. Yo soy una persona interesada en la política que ha votado siempre que ha tenido ocasión, llegando al punto de solicitar el voto por correo en las últimas generales por no poder votar físicamente el día de las elecciones. No recuerdo exactamente en cuantas elecciones he tenido derecho a voto, al menos en una europeas (en las que voté a Podemos, todos nos equivocamos cuando somos jóvenes), unas generales (las del voto por correo,

Piedras a la policía (el Orgullo vendido al capitalismo I)

El año pasado se cumplieron 50 años de Mayo del 68, el último gran movimiento social occidental (al menos del S. XX). Un año y un mes después se cumplen 50 años de otro movimiento social que sirvió para que muchos y muchas pudieran ser ellos mismos. Este año se cumplen 50 años de Stonewall. No te sorprendas si no te suena porque aquí en España al menos era algo relativamente poco conocido entre los ajenos a la comunidad LGTB, pero Stonewall fue el principio de todo. No tengo intención de sentar cátedra sobre lo que ocurrió allí, sus repercusiones o lo que llevó a ello, basta decir que fue la primera vez que las identidades LGTB se alzaron orgullosas de sí mismas para reclamar un puesto en la sociedad. Fue el origen del Orgullo. El Orgullo, esa fiesta criticada desde los sectores conservadores de la sociedad, que Vox ha querido sacar del centro de Madrid , que para los que nunca han estado y son fácilmente alarmables es básicamente una gigantesca orgía y que ha servido como pla