La animación infantil nos ha dejado en estas últimas décadas algunas películas que todo el mundo debería ver, desde Toy Story a Coco, pasando por Inside Out y, por supuesto, Shrek. Y, dentro del mundo de Shrek hay un personaje que gustó tanto que ha logrado su propia serie, El Gato con Botas. Este personaje tuvo una primera película en año 2011 que pasó sin pena ni gloria, recaudando una cantidad considerable pero sin cosechar demasiado premios ni demasiados recuerdos. Llega entonces finales del año 2022, 11 años después de aquella primera película y se cuela en la cartelera una secuela: El Gato con Botas: el Último Deseo.
Uno de los póster de la película |
La trama de la película gira alrededor del Gato con Botas y la idea de que está en la última de sus nueve vidas (en España serían siete, pero es una película estadounidense). Esto le genera un miedo a morir de verdad que lo convierte en una sombra de lo que originalmente era. Pasa de héroe valiente a cobarde que huye de la muerte. La muerte, por cierto, representada en un lobo cuyo diseño es genial. Es una trama más oscura de lo que me esperaba para una película infantil, pero funciona que da gusto. Y es que creo que todos nos podemos identificar en mayor o menor medida con el miedo a la muerte, si no es la propia, la de algún ser querido.
Hay una famosa cita de Epicuro que dice algo así: “No debemos temer a la muerte, pues mientras nosotros somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos”. En internet he encontrado que en realidad es una cita de Antonio Machado citando a Epicuro, pero me vale lo mismo. Sí, el temor a la muerte es algo humano, pero podemos superarlo con las herramientas humanas. La muerte, al fin y al cabo, es algo ajeno. Mientras vivimos solo la experimentamos de forma vicaria, en los otros, y cuando morimos nosotros dejamos de experimentar todo. La consecuencia es que no sabemos realmente cómo es la muerte, ni, por supuesto, si hay algo más al otro lado. Se teme, por tanto, no la muerte en sí, si no la idea de la muerte. Y esto es, salvando las distancias, lo que le pasa al Gato con Botas, que no teme a la muerte en sí (y eso que él la tiene representada en un ser que literalmente intenta matarle), si no que teme su propia incapacidad para enfrentarse a la muerte debido a que le aterra perder algo que siempre ha tenido. Y es que el Gato con Botas ya ha muerto varias veces, ocho en concreto, pero hasta ahora siempre ha tenido una vida más, otra oportunidad. Es en el momento en el que se enfrenta a la muerte como cualquier otro ser donde se da cuenta de que nadie es invencible para siempre y que a todos nos llega la hora.
La muerte, representada en el lobo |
Pero, ¿es posible superar el miedo a la muerte? La moraleja de la película parece ser que sí, y para ello propone que debemos vivir la vida al límite, ignorando deliberadamente la muerte. Esta es una solución que parece que al Gato con Botas le funciona, pero nosotros no somos dibujos animados. Es posible, sin embargo, vencer el miedo a la muerte. Ejemplos los hay a patadas. Y es que la muerte ha sido uno de los temas recurrentes en el pensamiento humano probablemente desde antes incluso de que existiera la escritura. Los enterramientos complejos lo demuestran. Y prácticamente todas las religiones centran su pensamiento alrededor de superar la muerte o tienen la muerte como uno de sus temas centrales. Pongamos un ejemplo que me gusta bastante: los mártires cristianos. Estas personas muchas veces podían escapar de la muerte simplemente renegando de sus ideas, aunque fuera de boquilla, pero estaban tan convencidos de que les esperaba la vida eterna al otro lado que dejaban que los torturaran de formas horribles hasta matarlos. Habían superado el miedo a la muerte y con él otro miedo asociado a este, el miedo al daño físico. Y no son los únicos, por poner otro ejemplo extremo, tenemos a los terroristas yihadistas que se inmolan buscando el paraíso. Donde es más difícil encontrar ejemplos es en el mundo que se aleja de las religiones, aunque el pensamiento hipercientífico nos ha dejado también algunas perlas respecto a morir.
Asando a San Lorenzo, por Tiziano |
¿Debemos temer a la muerte? Según la mayoría de pensadores, no, no debemos. No solo es que no la entendamos y por tanto temamos a la idea que nos hacemos de ella en vez de a la propia muerte, si no que ese temor es un ancla que nos impide vivir la vida al máximo. Y es que si siempre nos estamos preocupando de cuando va a acabar, no podemos disfrutar el camino que recorremos.
Comentarios
Publicar un comentario