Desde hace ya bastante tiempo, incluso antes de la pandemia, vengo teniendo la sensación de que hay una buena cantidad de gente que solo necesita una pequeña excusa para volverse completamente loca. Lo hemos visto con el Covid, con la guerra de Ucrania y con tantas y tantas otras cosas. Pues bien, he encontrado un manga que habla precisamente de eso.
Algunas imágenes de las que se pudieron ver durante a pandemia |
Hellstar
Remina, de Junji Ito, empieza con un científico que descubre un nuevo planeta
que ha atravesado un agujero de gusano. Como es un buen padre, le pone a su
nuevo descubrimiento el nombre de su hija: Remina. Poco después se descubre que
el planeta se mueve en una órbita muy extraña y que alcanza en ocasiones
velocidades similares a las de la luz. Va muy rápido y parece moverse a
voluntad. Y entonces Plutón desaparece. Y después lo hace Júpiter. Y Saturno. Y
entonces Remina se acerca a Marte y se puede ver perfectamente como sale una
lengua gigante y se lo come. Y sigue acercándose a la Tierra.
Mientras tanto, la Remina mujer se ha convertido en un fenómeno de masas por compartir nombre con el planeta e incluso le aparecen varios clubs de fans. Todo parece irle genial hasta que la televisión empieza a dar las imágenes de como Remina el planeta se está comiendo los otros planetas. Y la gente se vuelve loca. Y empiezan a pedir a gritos el sacrificio de Remina y de su padre, ya que consideran que ellos han invocado el extraño cuerpo celeste que va a acabar con el planeta. Entonces todo desemboca en una vorágine de sangre con Remina casi ejecutada unas cuantas veces, fenómenos extraños por la proximidad del otro plantea y caos y destrucción.
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Portada del manga |
El final no es realmente importante, porque lo que este manga quiere contar es lo relativamente sencillo que es para la gente unirse a la locura colectiva causada por algo que haga peligrar su forma de vida, aunque evidentemente en este caso está exagerado hasta el límite. Y es que la identidad de grupo es una fuerza que debemos tener en cuenta, ya que es fácil perderse ahí dentro para cualquiera. Hasta las personas que consideramos más racionales o con una personalidad más fuerte pueden caer en esto, y de hecho ocurre a diario en muchos temas. Pensemos, ¿es acaso posible tener una opinión bien formada y contrastada de todo lo que ocurre en el mundo? No, incluso si solo te dedicas a formarte opiniones, simplemente ocurren demasiadas cosas para poder pensar en todas. ¿Y cuál es la solución más simple? Abandonarnos a un grupo afín y su opinión al respecto, porque sabemos que podemos compartirla al menos en buena medida. Y eso es completamente normal, siempre hay opiniones que tenemos en cuenta por encima incluso de la nuestra porque están más formadas en algunos temas, o al menos lo pensamos así. El problema viene cuando empezamos a valorar las opiniones del grupo por encima de las nuestras incluso cuando nos rechinan.
Y es difícil, muchas veces muy difícil ir en contra de la opinión de un grupo del que formamos parte y del que queremos seguir formando parte, porque tenemos miedo a quedarnos fuera, pero sacrificar nuestra individualidad y nuestros principios en nombre de la inclusión es un sacrificio demasiado grande, me parece a mí, que sin duda peco de esto mismo que denuncio. Porque sí, me ha pasado y me he dado cuenta de ello, y seguro que muchas otras veces no me he dado cuenta porque me sale automático. Y si yo no me libro, tú que estás leyendo esto, tampoco.
¿Hay acaso solución para esto? Supongo que no, porque como ya he dicho, pasan demasiadas cosas en este mundo como para poder formarse una buena opinión de cada una de ellas, pero al menos podemos intentar paliar la mentalidad de grupo destacando las diferencias de impresiones que se nos ocurren, lo que comúnmente se llama pensar por uno mismo. Así que pensemos por nosotros mismos, porque la alternativa es pedir sacrificios de sangre para evitar que un planeta alienígena consuma la Tierra.
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