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Mostrando entradas de 2024

La culpa fue de Jack London

Que la palabra escrita puede tener un gran poder no es algo de lo que se pueda dudar. La posibilidad de convertir ideas en algo tangible y por tanto hacerlas más “reales” no es algo baladí. No hace falta nombrarlo para saber que hay un libro en concreto que lleva 2.000 años liándola parda y que otros parecidos llevan diferentes periodos de tiempo haciendo tres cuartas partes de lo mismo. Evidentemente, esos libros que destrozan o construyen cientos o miles de vidas se escribieron con intención de que sirvieran para ello. La ficción, generalmente, no. La ficción ha servido desde siempre como una forma de entretenimiento y desde siempre también ha intentado a la vez transmitir alguna idea, solo que de forma mucho menos directa. Uno de los autores que más evidencia esto es Jack London, del que ya hablé hace un tiempo aquí . Jack London, para cualquiera que lea alguna de sus novelas, especialmente las que se centran en las tierras salvajes de Canadá, es un vendedor de primera. Es espectacu

Leer a Kafka contra su voluntad

Franz Kafka es uno de los escritores más importantes del siglo pasado y probablemente lo sea de toda la historia. Y sin embargo, sus novelas, El Proceso y El Castillo , consideradas ambas obras maestras no se publicaron en vida. Cuando Kafka murió no había querido o podido finalizar ninguna de las dos y tenía una importante convicción de que ninguna de las dos debería llegar al público. Confió a sus amigos los textos que había escrito con una abierta intención de que se destruyeran tras su fallecimiento. Y Max Brod, uno de sus amigos más cercanos, decidió no hacer caso a sus últimas voluntades y publicarlo todo, incluyendo algunos pequeños cambios y ordenando muchos textos de forma algo arbitraria, cambiando profundamente la intención original de muchos de ellos. ¿Fué este acto una traición a un amigo o un regalo a la humanidad? Max Brod y Kafka A toro pasado es evidente para muchos lectores que Kafka tenía algo especial, algo que no se encuentra en la mayoría de personas. Opinar sobr

Bibliotecas: control y la idea de control

Las bibliotecas, aunque son públicas, requieren de ciertas medidas para que algunas personas no se aprovechen demasiado de algo que la mayoría disfruta cuanto mejor funcione. Mayormente por eso tienen arcos magnéticos en las salidas y es necesario que un trabajador desactive la alarma antes de poder llevarte lo que sea que quieras. Esto lo sé de primera mano, porque yo soy uno de esos trabajadores. Y voy a compartir un pequeño secreto del gremio: los sistemas antirrobo fallan y muchos de los documentos ni siquiera tienen puesta la tira magnética porque son muy caras. Y sin embargo, yo paso todos los documentos que presto por la máquina que los desmagnetiza, aunque muchas veces no sirve literalmente de nada. La verdad sea dicha, no recuerdo que nadie me dijera directamente que lo hiciera, es más algo que hago por costumbre, facilitarme un poco el trabajo y vicios que he ido cogiendo. Pensar qué o qué no tengo que pasar por el imán me lleva más tiempo que simplemente pasarlo todo. Además

Cómo volar un oleoducto y la acción individual

No es fácil para alguien como yo, interesado en política y con ganas de pasar a la acción pero fuertemente en contra de las organizaciones por muy horizontales que estas digan ser (tengo pensado hablar sobre ello), encontrar libros que hablen de cómo tener algo de peso en respuesta a un problema político. Generalmente se hace tanto hincapié en la organización política que se atomiza al individuo hasta dar la sensación de que por su cuenta no pueden hacer nada, llevando a una especie de secuestro político en la organización o bien a la desidia de quienes (por lo que sea) no quieren o pueden organizarse. He estado últimamente leyendo mucho al respecto del cambio climático, la lucha contra este y los modelos de organización que serían necesarios para enfrentarlo y (lógicamente) todo se enfoca desde una perspectiva organizada en grandes grupos. Sin embargo, hace no mucho encontré un libro que, si bien habla de cómo la organización conjunta es un buen arma contra el capitalismo, las empresa